Ahora que el buen tiempo parece haber llegado para quedarse, la playa pasará a ser un contexto mucho más apetecible. Se llenará de sombrillas, chanclas, toallas y sandalias así como de gente haciendo todo tipo de actividades mientras disfrutan de un entorno único.
Y eso incluye a muchos runners, que cuentan con la posibilidad de trasladar su entrenamiento a un entorno tan natural como gratificante.
Ahora bien, ¿hasta qué punto es adecuado entrenar en la playa? ¿Es una actividad beneficiosa o, por el contrario, encierra peligros para nuestra salud? En este artículo responderemos a esas preguntas y algunas más, con el fin de informarte de los pros y contras de correr en la playa.
De este modo, si decides añadir las carreras por la playa en tu rutina, podrás hacerlo con conocimiento de causa.
Beneficios de correr por la arena
Sí. Correr por la playa puede traer multitud de beneficios para nuestro organismo. Aunque, como cualquier otro entrenamiento, también cuenta con sus contraindicaciones. Y es que, al final, siempre dependerá de quién realiza la actividad y de cómo la realiza para poder afirmar si se trata de un ejercicio beneficioso o, por el contrario, perjudicial para la salud.
Entre las ventajas más evidentes de correr por la arena, destacamos las siguientes:
- Correr por la arena nos permite trabajar con mayor intensidad. Tanto las condiciones características de la propia arena como los desniveles a los que da lugar provocan que el entrenamiento sea mucho más intenso que si lo realizásemos sobre asfalto.
- Las condiciones más exigentes de este medio provocan una mejoría de la potencia muscular.
- Gracias al mayor grado de humedad debido a la presencia del mar, la respiración mejorará sustancialmente lo que redundará en una mayor recepción de oxígeno en sangre.
- La playa es un ambiente de lo más relajante, por lo que, a nivel psicológico, la playa es un ambiente ideal para correr. Nada más terminar tu carrera podrás sumergirte en el agua y disfrutar de una sensación que no tiene precio.
Contraindicaciones de correr por la playa
Como podrás comprobar a continuación, los problemas derivados de correr por la playa se relacionan directamente con los beneficios que podemos obtener si tomamos este medio como pista de entrenamiento. Todo va a depender de la preparación que el usuario tenga y de su propia salud.
- Las condiciones particulares del terreno, con desniveles, irregular y, obviamente, arenoso, provocan desniveles en la cadera y falta de simetría en nuestro cuerpo, obligándonos a correr en una postura inadecuada que bien podría provocar una lesión.
- Las altas temperaturas, relacionadas con la estacionalidad, y el exceso de humedad que nos encontramos al correr por la arena favorecen la deshidratación, con las implicaciones que esto puede tener. Del mismo modo que la alta exposición al sol puede repercutir en quemaduras solares u otro tipo de problemas cutáneos.
- Y en particular, si has sufrido alguna lesión recientemente, correr por la arena bien podría hacer que esta reaparezca o, incluso, agravarla. Ten en cuenta que tanto huesos como tendones y articulaciones estarán sometidos a condiciones más duras que las que pueden presentarse en una carrera sobre asfalto.
Si no estás en condiciones de correr, siempre puedes echar mano de unas chanclas para hombre o unas chanclas cómodas para mujer y dar un paseo relajante por la orilla.
4 Consejos y recomendaciones para ejercitarse en la arena
Viendo cómo se relacionan los puntos a favor y en contra de correr por la playa, posiblemente lo más adecuado sea definir las condiciones idóneas para realizar esta actividad de un modo saludable y, sobre todo, seguro.
1- Mejor con calzado
Seguramente hayas visto a multitud de personas corriendo descalzas por la playa. En realidad, de esta forma se trabajan mucho mejor los cuádriceps, gemelos y tobillos. Pero no deja de conllevar bastantes riesgos para nuestra salud.
Normalmente estamos acostumbrados a correr con zapatillas, las cuales gracias a su amortiguación generan un efecto rebote que permite que las zancadas sean más orgánicas y requieran de menos esfuerzo.
Y nuestros músculos están acostumbrados, precisamente, a trabajar sobre ese grado de esfuerzo. De no usar zapatillas, lo estaríamos incrementando demasiado de golpe.
A no ser que ya contemos con amplia experiencia en carreras por la playa, lo ideal es correr con zapatillas a fin de evitar lesiones además de posibles heridas causadas por cristales o diferentes elementos que pueda haber en la arena.
Siempre podrás hacer un hueco en tu bolsa para la playa para llevar tus zapatillas de deporte
2- Corre por la parte húmeda
Dentro del hecho de que resulta más complicado correr por la arena que por el asfalto, también es importante señalar que no es igual correr por la arena húmeda que por la seca.
La arena húmeda forma una superficie mucho más compacta y llana, ayudándonos a evitar lesiones. Piensa que cuando corres por la arena seca estás pisando continuamente desniveles que pueden provocar sobreesfuerzos musculares, así como torceduras que bien podrían causar una lesión.
3- Trabajo de fuerza antes que de resistencia
Las condiciones que presenta la playa son ideales para realizar trabajos de fuerza. Como decimos, se trata de una superficie mucho más exigente de lo que puede ser el asfalto. Y esto supone una gran oportunidad para trabajar la fuerza de nuestros músculos, pero no la resistencia.
Someter a nuestros músculos y articulaciones a esa situación de forma continua muy probablemente nos cause una lesión, ya sea por medio de una torcedura, sobreesfuerzo muscular o el impacto en nuestras articulaciones, las cuales sufrirán un mayor desgaste.
Por eso lo ideal es realizar un entrenamiento más centrado en aumentar la potencia, mediante carreras cortas que puedes alternar con breves marchas. Y si estás pensando en que tú quieres correr para quemar calorías y no pensando en ganar fuerza, déjame decirte que el simple hecho de correr por la playa genera un gasto calórico de entre 2 y 2,5 veces más que el asociado a la carrera por asfalto.
Esto se traduce en que, si corres por la arena, necesitarás hacerlo durante la mitad de tiempo para quemar las mismas calorías que en tus entrenos habituales.
4- Ten en cuenta las condiciones climatológicas
Correr por la playa se asocia al verano. Y el verano se asocia al sol y al calor. Teniendo en cuenta que correr supone un enorme gasto de energía y una pérdida sustancial de agua en nuestro cuerpo, lo ideal será hacerlo durante las horas en que el sol esté más bajo, a fin de evitar una insolación o deshidratación.
Del mismo modo, debes recordar siempre ponerte protector solar ya que, aunque pueda parecer que el sol quema menos a determinadas horas, lo cierto es que la incidencia de los rayos UV se mantiene aun cuando el cielo está nublado.
Si además tenemos en cuenta los reflejos del mar y la arena, podemos decir que este es el medio idóneo para sufrir una quemadura aun cuando apenas se vea el sol.
Además de la crema solar, independientemente de si vas a correr o no por la playa, siempre es buena idea llevar unas gafas de sol y una gorra.
Tampoco te olvides de echar un vistazo a los accesorios de Havaianas. Disfruta en la playa sin renunciar a tu estilo.